Godzilla en México
Una catástrofe, una guerra, o quizás solo la conciencia súbita de la muerte.
El poema de esta semana es de Roberto Bolaño.
Quizá lo conoces por sus novelas —Los detectives salvajes, 2666—, pero su verdadera pasión era la poesía.
Antes de comenzar, quiero pedirte algo: dime qué poemas te gustaría que comentáramos en futuras ediciones. ¿Uno que te marcó? ¿Uno que no entendiste?
Godzilla en México
Roberto Bolaño
(Chile, 1953-2003)
Atiende esto, hijo mío: las bombas caían
sobre la Ciudad de México
pero nadie se daba cuenta.
El aire llevó el veneno a través
de las calles y las ventanas abiertas.
Tú acababas de comer y veías en la tele
los dibujos animados.
Yo leía en la habitación de al lado
cuando supe que íbamos a morir.
Pese al mareo y las náuseas me arrastré
hasta el comedor y te encontré en el suelo.
Nos abrazamos. Me preguntaste qué pasaba
y yo no dije que estábamos en el programa de la muerte
sino que íbamos a iniciar un viaje,
uno más, juntos, y que no tuvieras miedo.
Al marcharse, la muerte ni siquiera
nos cerró los ojos.
¿Qué somos?, me preguntaste una semana o un año después,
¿hormigas, abejas, cifras equivocadas
en la gran sopa podrida del azar?
Somos seres humanos, hijo mío, casi pájaros,
héroes públicos y secretos.
Lo que me dijo este poema
Este poema no construye una escena: la detona.
En pocos versos, todo se derrumba: la ciudad, la vida, el cuerpo. Pero no se destruye, sino que se reconfigura: el lenguaje de lo íntimo aparece donde antes había rutina. Bolaño no se preocupa por la metáfora elegante ni por el adorno verbal. Su urgencia es otra: decir lo que pasa mientras pasa.
Y lo que pasa es lo peor. Una guerra, el apocalipsis, o quizás solo la conciencia súbita de la muerte. No hay contexto, no hay explicación: hay una experiencia compartida entre padre e hijo. Una escena doméstica (el niño viendo la tele, el padre leyendo) se convierte en el último refugio del afecto humano.
Y aun así, el hablante lírico (es decir, quien nos habla desde dentro del poema, no necesariamente el autor) no abandona la lucidez.
En los últimos versos, la pregunta ¿Qué somos? abre una grieta filosófica, casi existencial. Pero la respuesta es clara, amorosa, precisa:
Casi pájaros
Seres humanos
Héroes públicos y secretos
No hay consuelo más grande que una respuesta así.
La pregunta de esta semana:
¿Qué crees que significa el título Godzilla en México?
¿Quién o qué es Godzilla en este poema? ¿Qué pasaría si tú titularas un poema sobre una catástrofe íntima con el nombre de un monstruo gigante?
La conversación empieza contigo, aquí 👇
Poesía en línea
Bolaño da su definición de poesía en este video, que es un segmento de una entrevista muy famosa que le hicieron en la televisión chilena en 1999. Te sorprenderás de lo que dice.
Y ya que el poema de Bolaño se titula Godzilla en México, me pareció buena idea compartir este otro: Una aldea devastada por Godzilla, de Víctor Cabrera. Otra catástrofe, otra forma de nombrar el miedo.
¿Cuál te gustó más? ¿Por qué?
Gracias por leer hasta el final.
Ojalá que Godzilla (o México, aunque no sé cuál de los dos es más monstruoso 😅) se quede un rato contigo.
Y si no, no pasa nada: el próximo sábado llega otro.
Que esta semana te trate bien, y que las palabras, aunque a veces se escondan, también te acompañen.
Un abrazo,
Jorge
Excelente Poema. De Bolaño me gusta “El Burro”, muy al estilo de “En la carretera” de Kerouac—quizás como “Detectives Salvajes” cual viaje inverso de Sur a Norte.
Godzilla aquí evidentemente le da un tono cinematográfico al poema y lo acerca a la cultura pop como forma válida y quizás más coherente de hacer arte.