🛋️ La pereza como forma: un soneto de León de Greiff para leer sin prisa
Un poema, una reflexión sobre el descanso y una lectura lenta que invita a quedarse quieto sin sentir culpa.
Estoy de vacaciones.
Después de muchos años, tengo un par de semanas del verano sin correos urgentes, sin clases que preparar, sin reuniones. Debería sentirme relajado, y a ratos lo estoy.
Pero hay días en los que tengo una sensación de ausencia, como si me olvidara de hacer algo. Y como la cabra que tira al monte, a veces quiero ir a la oficina.
Supongo que es difícil desacostumbrarse a la velocidad.
A veces descansar no es parar. Es quedarse quieto sin sentir culpa.
Hoy te comparto un poema de León de Greiff, publicado en 1922: un soneto que funciona como un himno a la pereza, pero no a la flojera, ni al aburrimiento.
A esa otra pereza: la que es suave, antigua, refinada, casi una filosofía.
El poema se titula ¡Oh, la pereza! y tiene la forma de un soneto: dos cuartetos (estrofas de cuatro versos) y dos tercetos (estrofas de tres versos).
La métrica es flexible, pero mantiene la música del endecasílabo, y las rimas son consonantes. Lo interesante es cómo Greiff usa esa forma tan tradicional para ensalzar algo que suele despreciarse: la inactividad.
🛋️ Cuando la pereza se vuelve forma
Aquí tienes el poema. Léelo sin prisa 😂:
¡Oh, la pereza!
León de Greiff (1922)
Oh, la Pereza es de raso o gamuza...!
¿Para qué laborar, si eso es útil, Hidalgo?
La Pereza agiliza, apresta, aguza...
Pereza... ¡oh palafrén que yo cabalgo!Jauría de ensoñares —densa— azuza.
Oh Pereza que es Todo y Nada y Algo...!
Búho me apoden, díganme lechuza:
de mis Pereza y Noche nunca salgo...La Pereza es sillón de terciopelo,
sendero de velludo..., la Pereza
es la divisa de mi gentileza,y es el blasón soberbio de mi escudo,
que en un campo de lutos y de hielo
se erige como un loto vago y mudo...
¿Qué dice este poema? Dice, en otras palabras:
— La pereza no es defecto, es estilo.
— Beneficios: ordena las ideas y afina la mirada.
— Es terciopelo, no harapos.
— No te hace torpe, sino contemplativo.
— No hay que huir de ella.
— No quita claridad en la percepción sino que la afila.
El hablante del poema se describe como alguien que habita la noche, que se deja llevar por sueños densos. No trabaja por obligación. Se mueve poco, pero piensa mucho. Se llama a sí mismo búho, lechuza, hidalgo. Con ironía, claro, pero también con cierta nobleza.
Este hablante no se esconde de su pereza: la convierte en blasón, en divisa, en un loto vago y mudo que florece en un campo de hielo. Un emblema extraño, sí. Pero también sereno.
Este tipo de poema no se lee buscando razones ni mensajes. Se lee como quien se sienta en un sillón a mirar pasar las nubes: sin urgencia, sin meta, solo con una atención suave.
Leer poesía también es practicar otra velocidad. No correr hacia el sentido, sino quedarse un rato en la forma, en el ritmo, en el gesto.
📣 Dilo aquí
¿Cuál es tu relación con la pereza?
¿Alguna vez te has sentido culpable por descansar?
¿Has encontrado algún poema que hable de la lentitud, la pausa o el no hacer?
🔗 Poesía en línea
Si después de leer el poema quieres saber más sobre León de Greiff, este documental lo cuenta con imágenes, anécdotas y fragmentos de su obra. Ideal para seguir leyendo, con los oídos y los ojos:
Gracias por llegar hasta aquí.
Nos leemos el próximo sábado con otro poema, otra pausa, otra manera de mirar despacio (o no, ya veremos qué se me ocurre).
Solo te pido un favor: si te gusta Mera Poesía, ¿podrías recomendarlo con tus amigos y conocidos? ¡Gracias!
Que tengas una semana llena de pereza y poesía,
Jorge