¿La poesía se lee en voz alta o en silencio?
La verdad: no hay una única forma correcta. Pero sí hay diferencias que pueden ayudarte a disfrutar más.
Leer poesía en voz alta sirve para:
– Escuchar el ritmo: Muchos poemas están escritos con un ritmo especial que se nota más cuando lo dices en voz alta.
– Notar pausas y emociones: Los signos de puntuación, los cortes de verso, las exclamaciones cobran más vida.
– Sentir el poema: Leerlo con tu voz hace que la experiencia sea más física y más directa.
– Practicar la comprensión: A veces, decir las palabras en voz alta ayuda a entender mejor frases difíciles.
Leer poesía en silencio te permite:
– Leer a tu ritmo: Puedes detenerte donde quieras, volver a un verso, quedarte pensando.
– Explorar el poema por dentro: Es más íntimo. No tienes que preocuparte por cómo suena, solo por cómo lo sientes.
– Buscar significados: Puedes subrayar, anotar, investigar, sin prisa.
¿Qué puedes hacer para probar?
Elige un poema breve que te guste (o te llame la atención aunque no lo entiendas del todo).
Léelo en silencio una vez. Anota o subraya las palabras que te hagan sentir algo.
Luego, léelo en voz alta. No importa si no suena “bonito”. Solo escucha tu voz y cómo se oye el poema.
Hazte esta pregunta: ¿qué cambió? ¿Lo entendiste mejor? ¿Te movió diferente?
Consejo:
– Si nunca has leído en voz alta, empieza solo. Grábate si quieres. No es para que suene perfecto, sino para descubrir qué pasa cuando le das voz a las palabras.
¿Qué es mejor?
– Las dos formas se complementan. La voz te conecta con el sonido. El silencio te conecta con lo que entiendes y sientes por dentro.
La próxima vez que leas un poema, prueba ambos modos. Quizá uno te guste más, o tal vez descubras algo nuevo mezclándolos.
“Hasta aquí esta reflexión. Si te gustó este episodio, puedes suscribirte a Mera Poesía, mi newsletter, donde cada sábado llega un poema con calma, sin prisas. Te espero ahí. Gracias por escuchar.”