🪟 Solo con todo: un poema de Oliverio Girondo sobre la soledad posible
Una mirada irónica sobre la soledad en Oliverio Girondo
Gracias por estar aquí, espero que hayas tenido una buena semana.
La novedad para mí esta semana es que me quedé solo en casa unos días. Mi familia se fue de viaje y, aunque me siento tranquilo, hay un vacío extraño a lo largo del día.
No es tristeza intensa, como la de una ausencia sin remedio, pero sí una especie de nostalgia ligera, de esas que no duelen, pero que se sienten.
Ayer por la noche salí a pasear por el barrio y vi luciérnagas. La mezcla entre el calor, los insectos y el silencio me hizo pensar en un poema escrito por uno de mis poetas favoritos: Oliverio Girondo. Me gusta por su humor, por su forma poco convencional de acercarse a la vida. Tiene algo lúdico, irónico y, al mismo tiempo, muy humano.
El poema de hoy se llama Solo y retrata muy bien esa sensación de estar solo sin estar mal.
🪟 Una forma distinta de hablar de la soledad
Aquí va el poema del argentino Oliverio Girondo (1891-1967):
Solo
Solo,
con mi esqueleto,
mi sombra,
mis arterias,
como un sapo en su cueva,
asomado al verano,
entre miles de insectos
que saltan,
retroceden,
se atropellan,
fallecen;
en una delirante actividad sin rumbo,
inútil,
arbitraria,
febril,
idéntica a la fiebre
que sufren las ciudades.Solo,
con la ventana
abierta a las estrellas,
entre árboles y muebles que ignoran mi existencia,
sin deseos de irme,
ni ganas de quedarme
a vivir otras noches,
aquí,
o en otra parte,
con el mismo esqueleto,
y las mismas arterias,
como un sapo en su cueva
circundado de insectos.
¿Qué dice este poema?
— Que estar solo no es necesariamente estar triste.
— A veces solo se trata de observar lo que pasa.
— Hay un tipo de calma en no querer irse ni quedarse.
— El mundo sigue con su actividad, aunque uno esté quieto.
— La soledad también puede tener algo de rutina y de absurdo.
En este poema, el hablante no trata la soledad con drama ni solemnidad, sino con una mirada casi curiosa. Usa una imagen rara (la de un sapo en su cueva) para describirse solo en su casa, observando todo lo que pasa alrededor.
No hay tristeza, pero tampoco entusiasmo. Solo la sensación de estar en pausa.
Eso es lo que más me gusta: el tono del poema. No se queja, no busca consuelo. Solo describe cómo es estar solo, sin hacer de eso un problema. Esa forma de mirar las cosas, tan habitual en los poemas de Girondo, fue lo que me hizo elegir este texto, porque logra ponerle palabras a una sensación difícil de explicar: estar solo sin que eso sea un problema.
El hablante no dice que está feliz ni que sufre. Solo está ahí, con su cuerpo, en su casa, viendo la vida pasar.
Las imágenes exageradas (como los insectos o la fiebre de las ciudades) contrastan con la quietud del cuerpo. Y al final, lo que queda es una especie de aceptación: así está, así pasa la noche, así va la vida.
Hasta aquí llegamos esta semana.
Ojalá este poema te haya acompañado, como a mí.
Si quieres que analice algún poema en particular, o que busque uno que hable de algo que estás viviendo, cuéntamelo en los comentarios.
Nos leemos la próxima semana con otro texto y otra pausa.
Saludos,
Jorge