Eielson y el arte de decir mar, amor y morir en un solo poema
Eielson convierte el lenguaje en música y el mar en una forma de amar hasta el final.
Hay poemas que suenan como canciones.
No porque rimen ni porque tengan estribillos, sino porque parecen hechos para ser escuchados.
Poesía en A mayor de Jorge Eduardo Eielson es uno de esos poemas. Juega con las palabras, repite sonidos, gira en torno a una letra (la A) como si fuera una nota musical. No hay un sujeto, no hay una historia. Solo verbos sueltos, acciones que flotan: amar, mirar, morir. El poema no nos cuenta algo; nos hace sentir algo.
Y entre tanto ritmo, tanta repetición, aparece una idea que lo atraviesa todo: morir no sería dejar de respirar, sino dejar de mirar, dejar de amar. Como si el final fuera eso: cerrar los ojos al mundo.
Este número de Mera Poesía se mueve entre el amor, el mar y las formas de leer. ¿Con voz? ¿En silencio? ¿Cómo suena un poema cuando lo lees tú?
Y como siempre, gracias por estar aquí.
🌊 Poesía en A mayor
estupendo Amor AmAr el mAr
y vivir sólo de Amor
y mAr
y mirAr siempre el mAr
con Amor
mAgnifico morir
Al pie del mAr de Amor
Al pie del mAr de Amor morir
pero mirAndo siempre el mAr
con Amor
como si morir
fuerA sólo no mirAr
el mAr
o dejAr de AmAr
🎵 A lo que suena amar el mar
Poesía en A mayor, del poeta peruano Jorge Eduardo Eielson, se construye casi como una partitura. Desde el título ya se nota el juego: en el sistema anglosajón, la “A mayor” es la nota La. En español, decir que algo está “en La mayor” suena tanto a tonalidad musical como a una declaración afectiva: el poema está en “la mayor” clave de todas, la del Amor.
Las palabras parecen escogidas por su sonido, por su forma, por su cercanía con la letra A. Amor, AmAr, mAr, mirAr, mAgnífico, dejAr… Todo gira en torno a la A. No solo está visualmente destacada, también se convierte en un centro acústico. Es como si el poema nos pidiera escucharlo como se escucha una melodía, más que entenderlo de forma lógica.
Por eso el poema no tiene un sujeto definido: nadie “hace” nada. Los verbos aparecen casi todos en infinitivo (amar, vivir, mirar, morir, dejar de amar) o en forma impersonal (“fuera”). No hay yo, tú ni él. Solo acciones suspendidas, como posibilidades abiertas. Eso le da al texto una dimensión universal, sin tiempo ni lugar.
Pero a pesar de esa abstracción, el poema no es frío. Tiene ritmo, cadencia, una especie de oleaje verbal que imita al mar del que habla. El mar, como el amor, aparece como una presencia constante, algo a lo que se mira, algo en lo que se muere, algo que se ama. Repetirlo tantas veces no lo vacía de sentido: al contrario, lo llena, lo rodea, lo convierte en atmósfera.
Decir que
como si morir
fuerA sólo no mirAr
es afirmar que el final no es dejar de respirar, sino dejar de sentir, de contemplar, de amar. El poema no define la muerte como ausencia de vida, sino como ausencia de mirada y de deseo. Y eso cambia todo.
Este tipo de juegos son frecuentes en la poesía de Eielson. Fue un autor experimental, visual, sonoro. Creía que el lenguaje poético no tenía por qué seguir las reglas de la lógica ni de la gramática tradicional. Su obra está llena de poemas-objeto, de textos que parecen esculturas, y de versos que suenan más que explican. En Poesía en A mayor, Eielson logra que lo mínimo se vuelva infinito: unas pocas palabras, repetidas y reordenadas, bastan para construir una experiencia poética completa.
Este poema no quiere que lo entendamos con la cabeza. Quiere que lo leamos en voz alta, que escuchemos la A, que sintamos el ritmo, que miremos el mar. Y si al final nos preguntamos qué significa, tal vez ya lo hemos entendido.
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🔗 Poesía en línea
Aquí te dejo un video de Mario Vargas Llosa (quien también disfrutaba la poesía) leyendo el poema Albergo del sole II, de Jorge Eduardo Eielson.
Y aquí una entrevista que le hace el poeta Miguel Ángel Zapata a Eielson, en la que explica su proceso creativo, señalando que muchos de sus poemas le llegaron espontáneamente sin mucha revisión. También habla de su interés por la musicalidad del lenguaje y sus experimentos con la poesía visual, donde distorsiona y reconstruye los signos lingüísticos.
Hasta aquí llegamos hoy, entre versos y mareas, con la A bien entonada y el amor como bandera.
Porfa dime en el foro qué otros poetas, temas o estilos quisieras que comentara en los próximos números del boletín.
Nos leemos el sábado.
Con calma. Sin prisas. Como siempre.
Saludos,
j
Bello el poema. Quisiera ver uno de mi autoría en una de tus entregas... 🤞🏼