Este poema puso a miles de personas a caminar en la montaña
Fue leído como poema. Y como mapa del tesoro. Lo siguieron. Hasta encontrarlo.
Hola, ¿cómo estás? Gracias por abrir el mail.
Esta semana, más que hacer el comentario sobre un poema, quiero hablar de uno que se salió de la página y dictó las acciones de casi medio millón de personas.
No es una metáfora: hubo un mapa, hubo un tesoro real, y hubo gente que dejó todo para seguir sus versos. Lo leyeron como si su vida dependiera de eso.
¿Hasta dónde llegarías por tomar un poema al pie de la letra?
De eso va esta entrega.
Algunos poemas consuelan. Otros despiertan algo que no sabías que estaba dormido.
El de esta semana hizo que miles dejaran el trabajo, tomaran una mochila y salieran a buscar oro.
En 2010, un anciano llamado Forrest Fenn escondió un cofre lleno de monedas, joyas y figuras antiguas en algún punto de las Montañas Rocosas. Luego publicó un libro que incluía un poema. Nada más. Quien supiera leerlo, encontraría el tesoro.
Casi medio millón de personas lo leyeron como si fueran críticos literarios y detectives a la vez: buscando en cada uno de los 24 versos una pista, una dirección, una clave escondida. Lo leyeron como se estudia un mapa: con atención, con deseo, con el cuerpo.
Algunos acamparon en la nieve. Otros cruzaron ríos a pie. Hubo foros, teorías, búsquedas fallidas. Algunos murieron intentándolo.
Hasta que alguien lo encontró.
Y no fue suerte. Fue lectura. Una lectura radical: la que convierte versos en pistas, imágenes en coordenadas, lenguaje en movimiento.
Hay textos que no solo dicen: hacen. Como cuando se hace la botadura de un barco y se le da nombre. Como cuando alguien dice "prometo" y queda ligado a ese acto. Este poema dijo: te doy el oro... y lo dio.
No todos los poemas esconden un cofre. Pero todos esconden algo: una posibilidad, un riesgo, una orden suave.
¿Y si el próximo poema que leas también te está diciendo: haz algo?
Abajo te dejo una traducción que hice del poema.
El poema del tesoro
Forrest Fenn
Como fui solo hasta allí
y con mis tesoros valientes,
puedo guardar mi secreto,
y dar una pista de riquezas nuevas y antiguas.Empieza donde se detienen las aguas tibias
y sigue el curso hacia el cañón abajo,
no muy lejos, pero demasiado para ir a pie.
Entra por debajo del hogar de Brown.Desde ahí no es lugar para los tímidos,
el final se acerca cada vez más;
no habrá remo en tu arroyo,
solo cargas pesadas y aguas altas.Si has sido sabio y hallado la señal,
mira rápido hacia abajo, y termina tu búsqueda,
pero no te detengas mucho con mirada maravillada,
solo toma el cofre y vete en paz.¿Y por qué debo irme
y dejar mi tesoro para que otros lo busquen?
Las respuestas ya las sé,
lo hice cansado, y ahora estoy débil.Así que escuchen bien todos,
su esfuerzo valdrá la pena en el frío.
Si eres valiente y estás en el bosque,
te doy el título del oro.
La pregunta de esta semana
¿Qué poema te ha hecho mover el cuerpo? ¿Hay un verso que alguna vez te obligó a tomar una decisión?
Poesía en línea
Este documental cuenta la historia completa del poema de Forrest Fenn y la fiebre del tesoro que desató. Es el complemento perfecto para esta entrega: un poema que salió del libro y puso a la gente a caminar entre montañas, nieve y obsesión. No necesitas ser amante de los mapas ni de la poesía para engancharte.
Te recomiendo la plataforma poeticous, donde puedes leer a autores clásicos, descubrir voces contemporáneas o incluso publicar tus propios poemas. Si alguna vez te preguntaste qué pasa cuando la poesía deja de estar en los libros y empieza a circular como conversación, este sitio es una buena respuesta.
Gracias por leer hasta acá.
El sábado que viene te mando otro poema para hacer una pausa de la locura del mundo.
Abrazos,
Jorge
Te recomiendo la plataforma poeticous..
Gracias por compartir
¿Y si el próximo poema que leas también te está diciendo: haz algo?
Bueno, puedo decirte esto,
¡No vagaría por el desierto y me mataría!
Soy estadounidense, recuerdo vagamente esta historia de hace un tiempo. Tiene sentido que alguien quiera convertir esto en una película. O en este caso documental.
Tal vez lo vea.
En cuanto a si un poema me ha hecho mover... Buena pregunta. Creo que la mayor parte de la poesía que he leído ha sido más para hacerme pensar en mi mundo interno. Aunque supongo que leer a algunos de los poetas de la naturaleza (Wendell Berry, Mary Oliver) definitivamente me pone de humor para ir de excursión a la naturaleza.