¿Qué es el encabalgamiento en poesía?
Descubre qué es el encabalgamiento, sus tipos y cómo transforma el ritmo de un poema.
Cuando leemos un poema, a veces esperamos que cada verso sea una unidad completa, con su inicio y su final. Pero no siempre es así.
Hay poemas donde las frases no terminan al final del verso, sino que continúan en el siguiente. A eso se le llama encabalgamiento.
El encabalgamiento es un recurso muy común en la poesía. Consiste en romper una unidad sintáctica (como una oración o una frase) y repartirla entre dos o más versos. Así, el lector se ve “empujado” al siguiente verso para completar el sentido.
Veamos un ejemplo:
Prenden
la estufa y se hacen un té.
Aquí, el verbo “Prenden” queda sin complemento (es decir, no sabemos qué prenden los personajes) hasta que leemos el siguiente verso. Eso crea una pausa forzada, un pequeño corte que genera tensión.
Tipos de encabalgamiento
No todos los encabalgamientos son iguales. Hay dos formas principales:
Encabalgamiento suave: cuando la pausa del verso coincide con una pausa natural del lenguaje, como después de una coma. El salto al siguiente verso no es tan brusco. Ejemplo:
En la penumbra,
alguien respiraba.
Encabalgamiento abrupto: cuando la pausa del verso corta una unidad que normalmente no se separa, como un verbo de su objeto, o un sustantivo de su adjetivo. El corte es más fuerte y puede generar sorpresa o tensión. Ejemplo:
Prenden
la estufa…
Coral Bracho usa encabalgamientos abruptos en Personajes bajo otro tiempo para dar esa sensación de cosas que no se completan, de acciones que se quedan en suspenso, igual que los personajes atrapados por la lluvia.
¿Para qué sirve el encabalgamiento?
Rompe el ritmo: hace que el poema no suene tan predecible, que tenga un ritmo más libre o más fragmentado.
Crea expectativa: nos obliga a seguir leyendo, queremos saber cómo termina la frase.
Refuerza el sentido: a veces, ese corte hace que ciertas palabras cobren más peso. Por ejemplo, que la palabra “Prenden” se sienta más fuerte al quedar sola.
El encabalgamiento es una herramienta sutil, pero muy poderosa.
Le da movimiento al poema, y también nos hace sentir que el lenguaje, como el tiempo, puede fluir sin ajustarse a un patrón fijo.
“Ahora fíjate bien: un pedazo de mi está donde tú estás, y te tengo noticias
no
se
irá.”
¿Esto es encabalgamiento abrupto?