Poetas neobarrocos de América Latina: voces que mezclan, rompen y reinventan
Conoce a seis poetas clave del neobarroco latinoamericano: su lenguaje, sus estrategias y lo que hace única su forma de escribir.
No escribieron igual. No formaron grupo. Algunos ni se leyeron entre sí. Pero hay algo en común: una forma de usar el lenguaje que no busca claridad ni orden. Una escritura que mezcla registros, rompe líneas, tensiona los géneros. Eso que, a falta de mejor nombre, llamamos poesía neobarroca.
Néstor Perlongher
Argentina / Brasil, 1949–1992
Escribía desde el exceso. Desde la disidencia sexual, desde el barro, desde la calle. Llamó a su estilo “neobarroso”, y no por capricho: sus poemas no pulen, manchan. Perlongher mezcla jerga y teoría, historia marginal y política, santo daime y Eva Perón. Su lenguaje se pega al cuerpo y lo arrastra con él. En Alambres, Parque Lezama y Aguas aéreas, la voz poética no representa: disloca.
Tamara Kamenszain
Argentina, 1947–2021
Kamenszain escribe desde el centro de la casa. Pero no con la quietud doméstica, sino con una mirada que desmonta el mundo desde adentro. En Vida de living y La casa grande, el lenguaje se pliega como un tejido. Usa la sintaxis para bordar sentido, desarmarlo y volver a hilar. Poeta y ensayista a la vez, escribió sobre el amor, la muerte, la madre, y sobre cómo se escribe todo eso sin caer en lo dicho.
Osvaldo Lamborghini
Argentina, 1940–1985
Violento, fragmentario, delirante. Lamborghini usó la poesía como campo de batalla contra el decoro. Sus textos rompen la línea entre ensayo, monólogo y poema. No corrige, no lima: corta. En El fiord y Sebregondi retrocede, la voz se interrumpe, se burla, se autoflagela. El poema se convierte en una escena obscena, irónica, política. Un arte que no explica: ataca.
José Kozer
Cuba, 1940–
Kozer escribe como quien arma un altar hecho de fragmentos. Entre paréntesis, entre residuos, entre voces que resuenan sin orden. En libros como Ánima o Tokonoma, la poesía se vuelve doméstica y cósmica. Hay sopa, hay muertos, hay Cuba recordada desde lejos. Cada poema es un cuarto que se abre, una acumulación de gestos que no cierran del todo. Poesía que duda y que insiste.
Coral Bracho
México, 1951–
La poesía de Bracho fluye como agua espesa. No avanza: se extiende. No explica: evoca. Usa imágenes que no cierran en metáforas sino que se ramifican, como rizomas. Hay deseo, hay tacto, hay humedad. En El ser que va a morir o Ese espacio, ese jardín, el lenguaje parece respirar. Una poesía sensorial que se desborda como un río sin cauce.
Aquí te dejo el análisis de un poema de Bracho.
Severo Sarduy
Cuba / Francia, 1937–1993
Fue quien propuso el término “neobarroco”. Y no solo lo definió: lo escribió. Sarduy pensaba el lenguaje como disfraz, como exceso, como juego. En novelas como Cobra y ensayos como El barroco y el neobarroco, llevó la proliferación al límite. Disipación, exceso, superposición. Su obra es una fiesta que no termina de empezar, pero que deja todo cubierto de lentejuelas.
Lee un comentario que hice para el boletín semanal sobre el poema Anón.
🧠 Preguntas frecuentes sobre poetas neobarrocos latinoamericanos
¿Estos poetas se conocían entre sí o formaban parte de un grupo?
No. Algunos sí se leyeron o influyeron mutuamente, pero no hubo un manifiesto común ni una escuela como tal. El neobarroco es más una afinidad en el uso del lenguaje que una pertenencia.
¿Por qué se les llama “neobarrocos”?
Porque trabajan con el exceso, con la mezcla, con lo fragmentado. No imitan el barroco clásico, pero lo reactivan: llevan el lenguaje al límite, lo multiplican.
¿Tienen algo en común estos seis poetas?
Sí: ninguno escribe desde la transparencia. Todos experimentan con la forma, con el ritmo, con el sentido. Y todos, a su manera, rehúyen la línea recta.
¿Qué pasa si no entiendo todo lo que escriben?
Nada. Leerlos no es un ejercicio de comprensión inmediata, sino de exploración. A veces basta con dejarse arrastrar por el ritmo, por la textura de las palabras.
¿Por dónde empiezo si quiero leer más?
Podés empezar por Alambres de Perlongher, Vida de living de Kamenszain, Poemas de Lamborghini, Ánima de Kozer, Ese espacio, ese jardín de Bracho o Cobra de Sarduy.